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viernes, 7 de febrero de 2014

                                      NO TODAS LAS ANCIANAS SON LO QUE PARECEN!!

Era entre el año 1947 y 1949 Un muchacho llamado Antonio, criado en el campo, con pocos amigos, decide invitar a su amigo del campo vecino, a peludiar. Al llegar al campo donde se encontraba su amigo, apareció la abuela -que le pregunto ¿qué haces por acá mijo? A lo que él respondió ando buscando a José, para salir a peludiar, ya que la noche se prestará. 

A lo que la abuela respondió -¿Que van a agarrar ustedes dos?, ¡Un susto van a agarrar¡ el joven contesto con sonrisa de gracia ¡jejeje, Doña Josefina, usted quede se tranquila , llegaremos temprano de nuevo! A lo cual la anciana sonrió. José apareció y dijo -¡hey amigo! ¿Qué haces por acá? Su amigo le respondió acá ando, queriendo invitarte a peludiar salimos a eso de las de las 9 por acá cerca. Vamos lo más, preparemos las cosas, y después tomamos unos mates dijo José. Prepararon las cosas, ataron los perros, prepararon el carro, buscaron algo para comer, un poco de pan, unos salamines y unas tortas fritas medias duras. Ahí nomás se tomaron unos mates y tu vieron que salir, entre que fue medio tarde y todo el acomodo, ya casi eran las nueve.


Antonio dijo que deberían ir para el lado del cañaveral, y a José le gustó la idea, porque ahí había muchas cuevas. En hora y media estuvieron ahí bajaron, ataron el caballo y alzaron la comida y 2 bolsas arpilleras para traer las presas. Hicieron unos cuantos metros caminando por que los cañaverales estaban más adentro del lote ese, al llegar le faltaban los perros, estos se habían vuelto, se ve que para la casa más no importo, ya que los peludos son lerdos. 


Ya al costado del cañaveral, José agarro un peludo, aunque le pareció muy negro pero no le dio importancia y ahí a los pocos minutos Antonio agarro otro, aparecían de a varios juntos. Así fueron embolsando sucesiva mente hasta que se dijeron basta, matémoslos. Uno a uno degollaron y sacaron las vísceras. Así ya satisfechos por la buena casa decidieron partir, Ya casi llegando al carro José ve que la bolsa de Antonio se mueve y le dice José,-¡eeeeee Antonio te quedó uno sin matar! - dijo Antonio ¡Deja de embromar! Bueno Fíjate respondió José. Antonio ni bien soltó la bolsa, un peludo salió corriendo, así fueron saliendo uno y otro. José largo su bolsa y lo mismo paso, peludos negros degollados, corriendo cómo si nada.

Caminaron hasta el carro decididos a volver. Mientras iban de vuelta a lo de José, vieron un chivito atado en frente de una entrada a un campo. Y José dijo al menos llevaremos algo, pero cuando bajaron a buscar el chivito, y al acercarse a él le empezó a salir un gran cuerno por la frente.











 Ahí si se les término la noche, ya en el carro envolvieron al caballo, tanto que ni media hora echaron hasta lo de José. Al llegar Antonio durmió en lo de José, ya que su amigo no lo dejaría ir después de lo sucedió. A la mañana se despertaron y ninguno de los dos hablo del tema. Pero la abuela de José les pregunto - ¡¿Y que trajeron muchachos?¡ ¡¿Había muchos peludos?! Sonriendo con mucha gracia. Antonio recordó que le había dicho que sólo agarrarían un susto...pero fueron 2... Mucho para una sola noche y aun podía sentir aquel escalofrió recorrer su cuerpo.

                                                                           Cristian C Rodriguez

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